Fabrice Bernard está al frente de este oasis de sobriedad contemporánea. Cocina de alto nivel, internacional, singular y muy creativa. ¿Su inspiración? Sus aventuras por los cuatro rincones del mundo, especialmente en Asia. Platos magníficos elaborados con productos locales y realzados por condimentos sorprendentes (jengibre, wasabi, curry, coco…). Bonita terraza. Servicio de comida para llevar.
Crujiente de ternera, bocinas, caviar de coliflor ahumada, fruta de la pasión, jengibre
Filete de ternera, regaliz, café y bayas de Tasmania
Salsifí, helado de café, pera confitada con jazmín, galleta de avellana